Reformar una casa es una decisión importante, tanto por las molestias personales que conlleva el meterse en obras si la casa es la vivienda habitual, como por el esfuerzo económico que supone.
No obstante, en esta difícil época en la que nos encontramos, puede resultar muchísimo más económico reformar nuestra vivienda que plantearnos un cambio a otra casa que cumpla nuestras expectativas y necesidades.
A la hora de plantearse una vivienda, debemos preguntarnos «¿por qué reformar mi casa?» y analizar detalladamente qué podemos obtener de mejora de calidad de vida si nos decidimos a dar el paso.
Las causas para reformar una casa son muy variadas y en la mayoría de los casos, absolutamente subjetivas. No obstante podemos agruparlas en:
Reformas para mejorar nuestra calidad y estilo de vida. Dentro de estas reformas de la casa entrarían todas aquellas que mejoran nuestra calidad de vida y nos proporcionan más comodidad. Construir una una piscina, la transformación de un espacio pequeño en un espacio funcional, las reformas decorativas, la gestión de espacios, etc serían algunas de las reformas de casa de este tipo.
Reformas de actualización y mantenimiento del equipamiento. Serían las reformas relacionadas con el mantenimiento de los sistemas de la casa, es decir de los exteriores y de las partes más «mecánicas» de la casa. Por ejemplo las fachadas, la calefacción o aire acondicionado, instalaciones eléctricas, etc.
Reformas de rehabilitación y renovación. Estas son reformas de la casa que sirven para mantener en buen estado la casa y que realmente protegen e incrementan la inversión hecha en nuestro hogar. Dentro de esta tipología de reformas de la casa estarían incluidas cualquier reparación o rehabilitación, incluidas ventanas, suelo, techo, puertas, etc.